Esta obra, de nuestro colega de la Facultad de Teología de la Universidad de Malta, es una excelente introducción al pensamiento del gran maestro de teología argentino. Zammit analiza toda la obra publicada de Gera, destacando el aspecto contextual en su modo de hacer teología. Dimensión que tiene como coordenadas la evangelización, la promoción humana y la liberación integral. Gera se destaca como uno de los teólogos que recibe la luz y el método del Concilio Vaticano II, ofreciendo desde América Latina un aporte singular.

Nuestro autor maltés acierta al examinar la noción de liberación integral, integrando las categorías de persona y pueblo, mostrando cómo el teólogo argentino sale del peligro de entender la cuestión desde la autonomía del individuo – posición cómoda para el positivismo moderno-, cuanto de entender el sujeto anulado en las fuerzas de la masa –superando el colectivismo moderno-. A su vez, este punto de partida le permite dejar en claro uno de los aportes originales del pensamiento de Gera: una eclesiología que integra los problemas antropológicos.

Por otro lado, esta obra muestra una de las características más destacadas del pensamiento de Lucio Gera: aliar una reflexión especulativa muy fina con la lealtad al magisterio. La obra escrita de nuestro autor es, en gran parte, una contemplación del magisterio de la Iglesia como órgano del Espíritu. Ingresa en una auténtica hermenéutica del momento magisterial de la teología logrando ponerlo en una rica conversación con la vida del Pueblo de Dios.

Pero la clave de este libro, y que representa su aporte más sustantivo, se encuentra de los capítulos 4 al 7. En este tramo analiza la relación entre la persona y el pueblo en el centro de la misión evangelizadora. Es de una peculiar importancia pues muestra la necesaria reciprocidad entre estas categorías en la reflexión del teólogo argentino. En relación a esto analiza la noción de dependencia en dos perspectivas interconectadas: dependencia y poder político y dependencia y pobreza. Como consecuencia de este camino accede a la noción de liberación que integra la perspectiva cultural. En efecto, la mirada que Gera tiene del problema supera la dialéctica del espíritu cuanto la de la historia, para reposar en la lógica de la conversión. Es aquí donde el encuentro entre el evangelio y la cultura es proveedor de una auténtica liberación. Finalmente, y como punto de llegada, la promoción humana será el resultado de la fe como encuentro, como experiencia que compromete al ser humano con la totalidad de su realidad integrando la transformación de lo temporal.

Como en toda investigación muy abarcadora, su fortaleza deberá encontrarse en la armonía y la articulación. Algunos temas podrían ser objeto de mayor profundización, sin embargo, para quien quiera una introducción al pensamiento de Gera, aquí está la obra. Resuelve de modo ordenado, y con conexión temática de los temas, la propuesta de un teólogo, cuya profundidad -a la que no es ajena una intensa erudición- brota, sin embargo, de la contemplación sapiencial.